Me doy la oportunidad de empezar de nuevo. Me doy la oportunidad de mirarme con buenos ojos y de apreciar lo que soy. Me doy la oportunidad de rodearme de gente que me acompañe a valorar la Vida. Me doy la oportunidad de tomarme el tiempo de Mi Propio Proceso para cambiar lo que tenga que cambiar, de pedir ayuda si la preciso, de mostrarme como soy, en vez de sobreadaptarme para «encajar».
Me doy la oportunidad de hacer lo que no me creía capaz, porque aún no sé exactamente de qué soy capaz y de qué no. Me doy la oportunidad de equivocarme, y también de aceptar el acierto exitoso con simpleza y bienaventuranza. Me doy la oportunidad de reconocer que lo que tengo para dar al mundo es único e insustituible
Me doy la oportunidad de decir palabras simples que transformarían mi vida: «No», «Sí», «Basta», «Me voy», «No quiero», «No puedo», «Necesito», «Te amo“. Me doy la oportunidad de tenerme a mí mismo, porque nací conmigo y me iré de este mundo conmigo: si no soy mi propio amigo, en el fondo siempre me sentiré solo.
¿Y cómo voy a sentirme solo, si una porción del Todo habita en mí?
Por eso me nazco. Porque no alcanza con Nacer: Hay que NACERSE.